jueves, 9 de septiembre de 2010

“Alerta empresarial” por tres proyectos de ley que ponen en jaque a las compañías

Por estas horas, se multiplican las caras de preocupación de los hombres de negocios de las distintas ramas de actividad. Es que desde el Congreso, y también desde la CGT, se busca apurar el tratamiento de iniciativas que marcarán un punto de inflexión para las empresas. Cuentan con el aval oficial

Dicen que los empresarios argentinos pueden dar cátedra en el mundo a la hora de hablar de crisis, capear temporales o adaptarse a los cambios de contexto.


Cuando no es el dólar, es la inflación. Y cuando todo luce relativamente tranquilo en materia económica los nubarrones llegan desde otro ámbito. En particular, en estos días, desde el propio Congreso.
En este sentido, hay tres iniciativas -que ya cuentan con el aval oficial– y que, tras su aprobación, marcarán un verdadero punto de inflexión para todos los ejecutivos de empresas.
Una de ellas tiene que ver con la participación de los trabajadores en las ganancias de las compañías, anticipada por iProfesional.com hace ya cuatro meses (ver nota: Gremios impulsan ley para que los empleados participen en las ganancias de empresas).

La otra viene dada por las fuertes restricciones que se impondrán para el trabajo los fines de semana. En particular, en supermercados, shopping y grandes establecimientos. (ver nota: Comercio: anticipan fuerte impacto con ley que limitará el trabajo los fines de semana).
Finalmente, otro tema no menor tiene que ver con la eliminación de los pagos no remunerativos y el fuerte impacto que esto causará en el costo de las empresas.


En este sentido al proyecto de ley impulsado por el Senador Eugenio "Nito" Artaza, adelantado por iProfesional.com en el mes de julio, se suma la iniciativa del abogado de la CGT, el diputado Héctor Recalde que, en una conversación mantenida con este medio, adelantó que buscará que dichos pagos corran con la misma suerte que la supresión de los ticket canasta, también de su autoría.



Como si esto fuese poco, a estos puntos tan conflictivos se suman las modificaciones a la Ley de Contrato de Trabajo (LCT) recientemente aprobadas, tales como:
El nuevo régimen de jornada laboral.
El tratamiento de las horas extras para los jefes.
El rol que tendrá, de ahora en más, el salario mínimo en las negociaciones salariales.
Y los fallos que emanan de la cámara laboral, que dejan bien en claro que casi ningún despido resulta ser justificado (ver nota: Jugaba en el trabajo con la Play Station, lo echaron y deberán pagarle 225.000 pesos).

En definitiva, razones más que de sobra para que los ejecutivos y asesores de empresas se encuentren irritados.
Lo dice la Constitución

“Resulta llamativo que justo en momentos en que el país necesita más que nunca de inversiones, para ampliar su capacidad de producción y hacer frente al boom de consumo y contener así los precios, se manden estos mensajes a los empresarios”, se animó a decir el directivo de una empresa líder que pidió no ser mencionado.
Ahora bien, ¿en qué se basa Recalde para darle impulso a la participación de los trabajadores en el reparto de utilidades?: “Lo dice la Constitución Nacional”, señaló el diputado de manera contundente.
“El proyecto está enmarcado en el artículo 14° bis de la Constitución, que sostiene que las leyes deben garantizar a los trabajadores, entre otras cosas, participación en las ganancias de las empresas, con control de la producción y colaboración en la dirección".

Sobre este punto, al abogado y asesor de empresas, Juan José Etala, se mostró en clara disidencia: “La Constitución no obliga a una empresa a que el empleado participe de las ganancias. No tiene obligación de hacerlo. Puede darse como no”.
Y para aquellos empresarios que piensan que el Gobierno buscará ponerle paños fríos al asunto, basta recordar las palabras de la propia vice Ministra de Trabajo, Noemí Rial, formuladas días atrás: “Los trabajadores tienen que participar en las ganancias. No tengo dudas de que el Gobierno va a acompañar la iniciativa de Recalde, porque está en la Constitución Nacional, en la Ley de Contrato de Trabajo y es una vieja aspiración de los trabajadores”.

Asimismo, la funcionaria dio su visto bueno a la presencia de un directivo sindical dentro de la conducción del directorio de las compañías para que los gremios puedan conocer el manejo efectivo de las mismas: “La información les permite a los trabajadores sentarse a discutir sobre su participación en las ganancias y saber de qué se está hablando”.


¿Qué estipula exactamente el proyecto de ley de Recalde?

Respecto a la proporción de las utilidades empresarias que se distribuirán entre los trabajadores, de sancionarse la ley, Recalde indicó que están bajo análisis varias alternativas.
Y señaló que la decisión definitiva sobre ese punto será acordada el próximo martes en la reunión que mantendrá la conducción de la central obrera.
“La iniciativa beneficia a todo el mundo porque si el trabajador participa de las ganancias tendrá un incentivo mayor y esto es bueno. Ellos no van a abrir una cuenta en Suiza, ni se van a ir de vacaciones a Cuba sino que van a consumir en el mercado interno”, recalcó Recalde a iProfesional.com.
El proyecto de ley de la central obrera estipula un esquema gradual para la aplicación del sistema de distribución de utilidades, del que quedarán excluidas las empresas que no tiene fines de lucro y las sociedades cooperativas.

Por otra parte, se prevé la conformación de una comisión tripartita, integrada por representantes del Gobierno, las organizaciones sindicales y empresarias para convenir los detalles de la implementación, una vez aprobado por el Congreso.

A pesar de la dura reacción empresarial, desde el Gobierno, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, ratificó el respaldo a la propuesta y anticipó que también desde su cartera se propiciará un debate en las negociaciones colectivas de trabajo, para que las empresas distribuyan entre los trabajadores los beneficios de la mayor productividad registrada en la economía.

“Es necesario sacar los demonios alrededor de este tema y hablar de la productividad de todos los factores”, enfatizó el funcionario.
Más allá de la postura oficial, las quejas están a la orden del día y se hacen oir desde varios sectores: “Si una empresa gana un año, pierde en los dos subsiguientes, vuelve a ganar en el cuarto y está obligada a repartir utilidades, ¿cómo compensa lo que perdió?”, se preguntó Etala.

Un reclamo similar se hizo oir desde la Cámara de Industriales Metalúrgicos de Córdoba, que mostró una oposición total a la iniciativa: “Si una compañía consigue utilidades en un período y sufre un quebranto en el siguiente ¿el trabajador deberá devolver lo recibido?”

Para la Cámara, el hecho de distribuir utilidades tiene que ser una decisión privada y no generalizada ni obligada. Al mismo tiempo alertaron que con estas medidas “las inversiones nuevamente se ven atacadas y se muestra un país cada vez más inseguro y regulado”.

Los fines de semana son para descansar

“El trabajador tiene derecho a disfrutar del descanso dominical que tiene que ver con actividades culturales, familiares, de esparcimiento” sostuvo Recalde a este medio, adelantando así el tratamiento que se hará en Diputados a la iniciativa que ya fuera aprobada en Senadores.
El proyecto de ley en cuestión, que afecta a empleados de comercio que se desempeñan los fines de semana, establece que el trabajo efectuado a partir del sábado a las 13 horas y hasta las 24 horas del domingo tendrá que ser remunerado con un recargo del 100%, contrariamente a lo que estipula el actual decreto de desregulación.

Además, remarca que si se trabajase en la mencionada banda horaria del fin de semana y se omitiera dar el descanso compensatorio en tiempo y forma, el empleado puede comunicar formalmente -24 horas antes como mínimo- que el franco lo tomará a partir del primer día hábil de la semana subsiguiente.

En este caso, la empresa obligatoriamente tendrá que abonar el salario habitual con el 100% de recargo.

“Esto de trabajar todos los sábados y domingos me choca un poco, más allá de que se le pague al trabajador el 100% y que se le otorgue el descanso compensatorio”, señaló Recalde a este medio.
Y advirtió sobre la situación en los shopping: “Si uno va a un local a las 9.30 de la mañana, luego concurre a las 2 de la tarde y vuelve a ir a las 10 de la noche se encuentra con que sigue estando el mismo empleado”, enfatizó.
“Me parece perfecto. Tendremos que volver a hacer una revolución cultural en la que nos acostumbremos a no ir los domingos a los supermercados o volver, como cuando yo era chica, a comprar los fideos en el almacén que cerraba a la una de la tarde", afirmó hace pocos días Noemí Rial para el asombro de buena parte del empresariado argentino.



Sumas no remunerativas, el mismo camino que los tickets

Respecto a la iniciativa del senador radical, Eugenio “Nito” Artaza, que busca prohibir el pago de sumas no remunerativas en los salarios –y que ya comenzó a ser tratada por la Comisión de Trabajo del Senado- Recalde afirmó que su intención es compatibilizarla con otra iniciativa presentada por él.



“Pretendo que encontremos una ´salida de equilibrio´", sostuvo.



Para esto aseguró que tiene la intención de organizar una reunión con Artaza, el presidente de la Comisión de Trabajo del Senado, Alfredo Martínez, y al secretario general de la CGT, Hugo Moyano, para consensuar una medida más aceptable para las cámaras empresarias y que no perjudique a los trabajadores.



“Si logramos un acuerdo, vamos a sacar el proyecto más rápido”, indicó Recalde.



Y explicó que la iniciativa que él presentó en Diputados señala que los empleadores “sólo podrán pactar sumas de este tipo por un lapso no mayor a seis meses. Luego de ese período, se integrarán al básico”.



¿Qué dice la iniciativa de Artaza? Concretamente, propone eliminarlas de lleno del ámbito de las negociaciones salariales, de modo que los Convenios Colectivos de Trabajo no puedan fijar sumas no remunerativas dinerarias “bajo ningún concepto, ni por ningún plazo”.



De aprobarse, corresponderá incluir como parte del salario a las asignaciones no remunerativas pactadas y homologadas en el marco de negociaciones paritarias.



En consecuencia, de modificarse el artículo 103 de la Ley de Contrato de Trabajo, estos montos deberán ser considerados a los fines de liquidar las cargas sociales, lo cual impactará duramente en los costos laborales de las empresas. Vale aclarar que estos importes no remunerativos no generan el pago de contribuciones patronales.



La propuesta de Artaza también indica que este cambio “no podrá implicar la disminución del salario neto” de los empleados, y aclara que el costo fiscal estará “a cargo del empleador”.



Sobre este punto Recalde señaló su postura: “Estoy pensando en un proceso gradual, al igual que como lo hice con los ticket canasta, para que el costo laboral pueda ser absorbido progresivamente por los empresarios y no se traslade a los precios”.



El diputado así lo ejemplificó: “Mi proyecto dice que se puede pactar por única vez, seis meses no remunerativos. Eso sí, a los seis meses y un día, al transformarse la remuneración, no podrá significar una merma en el ingreso del trabajador. Para dar un número, que no es exacto, si el aumento no remunerativo fue de $100, a los 6 meses y un día se transformará en $120, para que los $20 vayan a aportes y deducciones que se hagan y el trabajador siga percibiendo los 100 pesos”.



Claramente que este avance en quitar los beneficios no remunerativos ya despierta suma preocupación en el ámbito empresarial.



“Se tienen que parar estos proyectos que se aprueban a mansalva y en forma anárquica y que modifican la Ley de Contrato de Trabajo, sobre todo en Diputados”, se quejó Etala.



Y agregó: “Los convenios colectivos se vencen, tienen plazos. Hay que esperar y no introducir cambios a mitad del camino. Esta iniciativa es netamente perjudicial para las empresas”.



Por otra parte, el secretario de prensa de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME), Vicente Lourenzo, también se mostró en contra del proyecto.



"Otorgar sumas no remunerativas es una forma de acercarse a las necesidades del trabajador sin perjudicar al empresario con el costo que ese aumento implica”, explicó.



En definitiva, el escenario que se cierne sobre el empresariado argentino resulta altamente complejo. La preocupación es creciente y los analistas advierten del impacto que estas medidas tendrán a la hora de atraer nuevas inversiones.