miércoles, 9 de marzo de 2011

Comercio y bancarios, dos "pesos pesados" que salen a pelear aumentos para más de un millón de personas

Los próximos días serán cruciales y determinarán la mejora de bolsillo que obtendrán los empleados mercantiles y del sistema financiero. Algunas "particularidades" distinguen a la actual negociación respecto a la que se diera el año previo. ¿Cuál es la cifra y el salario mínimo al que apuntarán?
Las próximas semanas serán cruciales para los bolsillos de más de un millón de empleados de comercio y de bancos.
Tras definir internamente las pretensiones de aumentos que exigirán, estos dos gremios se aprestan a sentarse ahora en la mesa de negociación con las cámaras empresariales para presentarles sus exigencias de suba salarial que, en ambos casos llegan hasta un 35%, si bien parten de básicos muy diferentes.

Las dos paritarias son determinantes. La de comercio porque impacta en más de un 10% de la fuerza laboral y en miles de pequeñas empresas. Y la de los bancarios porque es una de las primeras del sector privado y es la que luego se toma como referencia.

Este año, no obstante, el escenario político y económico presenta tres diferencias sustanciales respecto del anterior: las elecciones nacionales, las intensas internas sindicales y un ritmo inflacionario superior al del 2010 según las mediciones de la propia Confederación General de Trabajadores (CGT), los empresarios y las consultoras privadas.

Estos factores han elevado los pedidos de incremento salarial, que ya tienen un piso cercano al 30%. Una muestra de ello fue la reciente negociación entablada por los docentes de la Ciudad. (Lea más: Salarios: recién arrancan las negociaciones pero la suerte "ya está echada").

El empresariado ya salió a tachar los reclamos de "irracionales" y, además, encendió una luz de alerta ante las "medidas de acción directa de algunos sectores sindicales" que, pese a los intentos frustrados del Gobierno por realizar un pacto social, desde mediados del año pasado parecen haberse reavivado.

En efecto, los lazos entre el Gobierno y el titular de la CGT, Hugo Moyano, volvieron a tensarse la semana pasada cuando Cristina Kirchner criticó a los gremios en su discurso de apertura de las sesiones ordinarias en el Congreso.

"Yo quiero seguir siendo compañera de los sindicatos y no cómplice de quienes perjudican a quienes viajan en colectivos, trenes o aviones, que también son trabajadores", dijo la mandataria.

Desde el entorno de Moyano, se desligaron de las quejas presidenciales y las asignaron a otros sectores. Sin embargo, días después, el líder camionero volvió a hablar de la inflación -un tema ausente en el discurso reciente de Cristina- y elevó el piso de los aumentos salariales del 25% al 28%, más cerca de lo que pide la gran mayoría de los sindicatos.

Comercio, una paritaria "complicada"

En el rubro mercantil, los sindicalistas comenzaron este mes las reuniones para plantear las metas de la discusión salarial. Y todo indica que la paritaria, una vez más, no será de fácil resolución.

Sucede que en 2010 los empleados de comercio lograron un aumento del 29% no remunerativo.
Para este año estiman una inflación superior y es por ello que ahora el sindicato buscará elevar, en abril, el sueldo mínimo que rige a esta actividad de $3.000 a $4.000, lo que arroja un incremento del 33%.

"Hay la inflación golpea fuerte y esto obliga, no sólo a nosotros, sino a todos los gremios a pedir un aumento de entre 30 y 35%. De hecho, los ferroviarios ya está pidiendo el 40%", indicó a iProfesional.com, un dirigente cercano a Cavalieri.

A igual que otros gremios distanciados del Gobierno, los mercantiles evalúan además acortar el período de duración del nuevo convenio a seis meses, para así volver a negociar después de las elecciones de octubre, una vez definido el futuro escenario político.

Un condimento para la negociación son las cláusulas del convenio 2010 que impactan sobre la nueva paritaria.

En este sentido, la dirigencia mercantil reconoció que la discusión resultará más compleja debido a que "a partir de diciembre se integró al sueldo en blanco todo lo que venía de arrastre, ya sea en concepto de sumas fijas o no remunerativas". (Para ver en detalle el convenio del 2010, lea: Empleados de comercio: las claves del nuevo convenio y su impacto en el bolsillo)

La otra novedad, según el sindicato, es que a partir de diciembre último los empleados pasaron a tener un adicional del 1% de antigüedad por año de servicio.

"La paritaria se complicará, porque en una misma empresa si hay un trabajador que ya lleva desarrollando su tarea 15 años en un mismo lugar, por ejemplo, tendrá que tener un aumento del 15% por encima del de sus compañeros", señalaron.

A este complejo marco se le suman cuestiones que estaban pendientes desde el 2010 y que se presentan ahora como puntos conflictivos. Entre ellos se encuentra el incremento de los adicionales por trabajo en zonas de baja temperatura, el régimen laboral de las cajeras y la limitación de tareas tercerizadas.

Por si fuera poco, la paritaria coincidirá este mes con las elecciones del gremio. Y aquí pesará un dato clave: por primera vez en muchos años, Cavalieri deberá enfrentar una feroz interna con sectores moyanistas que, envalentonados por su creciente influencia en los principales supermercados de Buenos Aires y por el reencuadramiento en camioneros de unos 25.000 mercantiles, pretenderán pisar fuerte en este sindicato.

Los bancarios cierran filas

Después de obtener el año pasado uno de los aumentos salariales más bajos en el sector privado, esta vez el sindicato de los bancarios no está dispuesto a correr con la misma suerte. Por ello, la semana pasada sectores enfrentados dentro del gremio dejaron por un momento sus diferencias de lado y cerraron filas para elevar un pedido de suba salarial de hasta el 35%, cuando se reúnan en 15 días con las cámaras del sector.

"Numerosas comisiones gremiales hicieron alusión a una franja salarial, que oscilaría entre el 30 y 35%. El argumento es que los bancos volvieron a redoblar sus ganancias y es justo que esto se manifieste no solamente en el poder adquisitivo, sino en un incremento real", informó a iProfesional.com un dirigente de la conducción gremial.

El porcentaje representa una mejora de bolsillo de $1.150 para la categoría más baja y $1.215 para la más alta, en una actividad donde el salario conformado de un empleado que recién se inicia es de 4.495 pesos.

La cifra fue definida en el plenario reciente de delegados de la seccional Buenos Aires -la más importante de las 53 que posee el gremio en todo el país-, donde el escenario estaba preparado para que hubiese una batalla campal entre el "zanolismo" y la oposición, que llevó más de 100 representantes del Banco Provincia, el Ciudad, Nación y Credicoop.

Es que, además de la causa que pesa sobre Zanola por "la mafia de los medicamentos truchos", la negociación salarial del año pasado dejó un sabor amargo en el paladar de los bancarios.

En efecto, lo que en un primer momento había sido visto con buenos ojos -una suba del 23,5% en una sola cuota hasta diciembre-, quedó "atrasado" con el correr de los meses por la elevada inflación y en comparación con los acuerdos cerrados por otros sectores.

A tal punto, que el sindicato -oficialista- en octubre se vio obligado a volver a las calles para así obtener una suma extra no remunerativa de 1.800 pesos, según la oposición "por la presión de las bases", en medio de los llamados del Gobierno a no "reabrir" paritarias.

No obstante, esta vez la interna no estalló. Para sorpresa de varios de los presentes, las distintas fracciones del  llegaron a un arreglo en la mayoría de los puntos de la discusión salarial.

"La conducción dice que está de acuerdo en que el aumento sea remunerativo, retroactivo a enero y en un solo tramo, que es como lo pedimos siempre", dijo a este medio el delegado del Banco Provincia, Matías Diez.

El único ítem que partió aguas y fue rechazado por la cúpula de La Bancaria era la propuesta de que haya una "claúsula gatillo" con posibilidad de "reapertura".


La lista de reclamos

Los reclamos de bancarios y mercantiles no son casos aislados, sino que reflejan el temor creciente y generalizado en el conjunto de los gremios de que la inflación alcance niveles superiores este año y, al mismo tiempo, la presión que ejerce el sindicalismo en el marco de la disputa electoral al interior del peronismo, de cara a octubre.

En este sentido, el Sindicato de Obreros y Empleados de Estaciones de Servicios que lidera Carlos Acuña y que milita en el sector duhaldista de Luís Barrionuevo, adelantó a DyN esta semana, que ratificará un pedido de aumento salarial del 40 por ciento.

El reclamo coincide con el de los ferroviarios que, en medio de la pelea de los tercerizados por su pase a planta permanente y la detención del líder sindical José Pedraza, anunciaron en febrero que pedirán una suba del 40 por ciento.

Los petroleros tampoco están lejos de esa cifra. Líderes sindicales afirmaron que su objetivo salarial para este año oscila entre el 30 y 40%. Y los trabajadores de la alimentación ya anticiparon que mantendrán el poder adquisitivo del año pasado, cuando arrancaron un incremento del 35%, casi unos mil pesos.

En tanto, el secretario general de la Central de los Trabajadores de la Argentina (CTA), Pablo Micheli, sostuvo a DyN que su sector resolvió que "la pauta salarial para este año no debe ser inferior al 30 por ciento de aumento".
Del mismo modo, Barrionuevo, el líder de los gastronómicos, reiteró su reclamo para que el promedio de aumento salarial de 2011 ronde el 30 por ciento. Y disparó que le "sorprende" que la CGT oficial de Hugo Moyano "hable ahora de un piso del 28 por ciento, que es el costo" en los supermercados.

En tanto, la Unión Obrera Metalúrgica -cuyo convenio caducará a finales de marzo- también dejó trascender semanas atrás la pretensión de una suba salarial del 30 por ciento, por encima del 26% que acordaron el año pasado.

En este escenario, el vicepresidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja, aseguró que "la preocupación central no es la negociación, sino una escalada de pedidos que tienen que ver poco con la realidad".

El líder industrial y presidente de la COPAL (entidad que nuclea a empresas alimenticias) señaló que su sector "pensaba a principios de año que la negociación salarial debía estar entre el 15 y el 20% y no arriba del 20%, y ahora están poniendo cifras que están subiendo a un 40%. Todo esto es artificial".